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Hola amigos,os damos la bienvenida al blog de La Eco-Cultural de Los Alcázares.Deseamos que este sea el medio a través del cual podamos compartir las principales inquietudes que nos han llevado a constituirnos en asociación.Como nuestras siglas indican la cultura en todas sus expresiones y la naturaleza,ambas vistas desde el punto de vista de su conservación activa y su divulgación y referidas fundamentalmente a nuestro patrimonio más cercano,son nuestros leitmotiv.Desde aquí vamos a compartir con vosotros nuestros planes de actividades,nuestras inquietudes y pondremos sobre el papel las necesidades de conservación o actuación sobre el patrimonio histórico,artístico,arquitectónico y natural de Los Alcázares.Invitamos a todo aquel que se sienta atraido por la cultura y la naturaleza a que sume su conocimiento y su experiencia en la tarea que hemos emprendido.

martes, 21 de febrero de 2012

La Antigua Villa Romana de Los Alcázares

Creemos que es importante dar a conocer la existencia en Los Alcázares de un importante yacimiento arqueológico que probablemente dió lugar al nombre del pueblo.Nos referimos a la villa romana,sobre cuya ubicación existen aún hoy día diversas teorías,aunque la más acreditada la situa justo debajo del Paseo de la Feria o bien entre este eje y una linea paralela al Paseo Carrión.Apoya esta teoría el hecho de que en los archivos de la familia del Marqués de Ordoño se habla de que se encontraban entre el Café de la Feria y la calle del Alcázar,lo que sin duda es un topónimo que hace referencia a la ubicación de estos restos.Tambien es cierto que en un artículo publicado en el Diario de Murcia el 19 de Agosto de 1883  se sitúan estas ruinas entre lo que en aquél momento serían las primeras viviendas de Los Alcázares,y la expansión hacia el sur de "veinte manzanas",como especifica el autor,que entonces estaban planificando las autoridades realizar para el año 1884.

Se trata de un edificio de la época del Bajo Imperio,es decir,sobre el siglo III d.c.Dos son los testimonios gráficos que se conservan del yacimiento:el primero y más conocido es el que se encuentra en el Museo Arqueológico Provincial de Murcia;el otro es el publicado en el nº 15 del año 1887 de la "Gaceta del Constructor" suplemento de la Revista de Arquitectura,que reproducimos más abajo,en el que podemos comprobar la gran extensión que ocupaban sus estructuras:unos 105 metros en su longitud oeste-este,por unos 30 metros de ancho,con las estancias correspondientes al álveo,es decir las piscinas de agua, "opuestas al Norte y al Aquilón(Nordeste)" tal y como recomienda el gran teórico de la arquitectura romana,Vitrubio.Tambien se aprecia en la parte izquierda un patio peristilado,es decir,rodeado de columnas,con estancias para termas y otros usos alrededor.

Las excavaciones las realizó el arquitecto Jose Ramón Berenguer entre los años 1858 y 1860 por encargo del Marqués de Ordoño,en tierras pertenecientes a esta familia.Y los resultados fueron publicados algunos años después de su muerte en la revista mencionada más arriba.


Como era costumbre entre los árabes el aprovechar lo que habían sido asentamientos romanos y reutilizar los materiales de edificios antiguos es lógico que se sirvieran de los restos de esta estructura para construir otro edificio,un "alcázar",que sería el que ocupa la otra mitad de la edificación,y que con el tiempo determinaría la topinimia del lugar,tal y como ya sugirió Jose Ramón Berenguer en su memoria de la excavación.En esa zona se observan lo que podrían ser restos de contrafuertes en los muros.Este mismo elemento constructivo aparece en el castillo de Monteagudo en Murcia,cuya construcción puede ser de la misma época (siglo.XI).

El autor Gonzalez Simancas en su manuscrito de 1905 "Catálogo Monumental de España"comenta lo siguiente,refiriéndose a las ruinas de Los Alcázares:"Hay levantado allí un moderno pueblo con fondas,balneario y cómodas viviendas;solo encontré algunos restos de los antiguos muros utilizados para la cimentación de las nuevas casas,y otros,completamente arrasados,sirviendo a modo de afirmado en las calles que conducen a la playa".

De manera que algunas de las antiguas viviendas que todavía se levantan en la calle Cartagena y aledaños,no es muy aventurado pensar que contengan en sus cimientos y aún en sus suelos y sus muros,alguna de estas piedras.



viernes, 3 de febrero de 2012

Curtiss JN-2s

Pensamos que es un buen comienzo proponeros unos comentarios y una foto del primer avión que sobrevoló los cielos de Los Alcázares partiendo del flamante aeródromo en Diciembre de 1915.




A propósito de este hecho,Luis Manzanares, natural de Torre-Pacheco, amante de nuestro pueblo, publicó el libro, “ Un Curtiss en el cielo”. En este libro relata el primer vuelo de un aeroplano en la comarca. Este acontecimiento tuvo una gran relevancia e importancia para Los Alcázares. Hasta esta fecha de 1915  poco se conocía de la existencia  de Los Alcázares fuera de nuestra provincia y dentro de ella únicamente por la relevancia de la Fiesta de la Mar que tenía lugar en el mes de agosto,y a la que acudían muchas familias murcianas para pasar unos dias en el estío del Mar Menor. A partir de la creación del aeródromo en 1915 la difusión del nombre de Los Alcázares fue enorme en toda España e incluso internacionalmente,de una manera que ahora es difícil de apreciar en toda su dimensión.Pero en aquellas primeras décadas del siglo pasado cualquier noticia relacionada con la aviación tenía una gran difusión en toda la prensa del país, y fuera de nuestra fronteras. Además en aquellos primeros tiempos se trataba del único aeródromo que existía en la península fuera de los creados alrededor de Madrid (Cuatro Vientos, Getafe y Alcalá)y además con la peculiaridad de albergar la primera base de hidroaviación de España.
Desde 1915 a 1939, el aeródromo militar siempre estuvo en primera línea de importancia en todo el país. Durante la guerra civil se decantó de forma muy relevante y sin dudarlo al lado del gobierno, y toda la plana mayor de su oficialía profesaba ideas muy de izquierdas,lo que motivó en parte su olvido y decadencia en los años que vendrían de la dictadura.

Después de más de 70  años transcurridos de ignorancia e incluso desprecio por su historia, cuando se acerca el centenario de su creación,puede que haya llegado el momento de recordar la enorme importancia que tuvo para el desarrollo del pueblo la elección que se hizo de él para albergar la primera base aerea fuera de la capital del estado.


Es un documento histórico de gran interés el artículo que aparece en el periódico “ El Eco de Cartagena” el día 30 de Noviembre de 1915:una crónica de Luís Manzanares sobre el acontecimiento del primer vuelo de un hidroavión en Los Alcázares en la tarde del 23 de noviembre de 1915.

Los primeros Curtiss JN-2 y JN-2s en 1916

EL PRIMER VUELO

“Terso y azul, como enclavado en las serenas regiones del Eliseo, se ofrece el mar de Los Alcázares; una y otra vez dirigimos a él nuestra mirada, para confesar de nuevo gratamente que tan incomparable belleza seduce, en verdad, nuestras almas.

Nada semejante ciertamente a la silueta de las cercanas islas, graciosa línea de breves curvaturas reflejada fielmente en el cristal del lago; nada mas admirable que esa limpida bóveda celeste cubriendo este remanso ideal del Mediterráneo; nada igual a la identidad de sus cambiantes, orígenes de una fusión tal que, a veces, absortos dudados si una nave, perdida la ruta, deslizaba su vela por el cielo.

Atentos a la finalidad de nuestro viaje legamos a la Escuela de Hidroaviación; un publico tan numeroso como distinguido espera impaciente la salida de los aparatos; son la tres, y aprovechando la temprana hora, requerimos a un querido amigo para visitar, siquiera brevemente, la sala de los hidroaviones; equipados algunos de ellos con las hélices prontas al movimiento, ofrecen un golpe de vista digno de la instantánea, no desaprovechado por el simpático Sr. Gisbert;  notase en la amplia nave una febril actividad precursora de las primeras pruebas; marinos y mecánicos trabajan en los detalles de un aerostato y momentos después, interpretando a nuestro sabor el gesto de un jefe , creemos adivinar una orden terminante, ansiada.

No equivocamos el juicio; varios marinos obedientes a aquel gesto, corren al aparato; hase adelantado, para escalar el silloncete, el aviador de Norteamérica subió y joven y en breve, como protesta del ave metálica ante aquella irrupción lanza el motor sus briosos latidos; son pruebas preliminares.

Una pequeña vía que enlaza Escuela y playa sirve para transportar el aparato, la salida de este, provoca en la muchedumbre un murmullo de sorpresa;  bello es, en efecto, su porte, airosa sus líneas, intrépida su misión. Desciende lentamente a la playa y queda descansando en u plano fijado sobre las aguas; por segunda vez es sometido a un prolijo examen; válvulas, depósitos, volantes…, son revisados por el aviador y mecánicos;  y ya satisfactorio el resultado, trepida el poderoso motor; bajo sus latidos, tiemblan levemente las alas del noble pájaro; la hélice, impulsada de antemano, gira con velocidad pasmosa;  funcionan, sin rumores,  timones y volante…; y en este momento de inmensa emoción, a vista de un aparato de brava potencia que, indeciso, acaso, a la dirección salva y admirable, segaría en el espacio una vida humana, llevanse todas las miradas a la figura del aviador,  queriendo adivinar en su rostro las emociones que dominan su espíritu.

…La mano del aeronauta, haciendo girar el volante; acusa el movimiento de partida; este se acentúa al mayor vigor de las trepidaciones y en unos momentos, -encarnizados segundos de lucha que conmueven el cuerpo del ave-,  se adelanta esta al mar, trazando, sobre la quieta lamina del agua, el pliegue de unas ondas…; mar adentro camina el nuevo moderno Icaro; sigue la dirección oeste, para cruzar frente al público que le tributa una ovación; se acerca a la ribera oriental, maniobra graciosamente, pasa ante las islas, enfila Punta Galindo y, de repente , acortando la carrera, con nuevo y poderoso impulso del motor, se eleva al azul en un vuelo sereno de ave que triunfa…

Abriéndonos paso entre la concurrencia, nos hemos llegado a estrechar la mano del aviador; modesto, ha rehusado toda felicitación, todo elogio: y al final, correspondiendo a nuestros saludos, jovial y deferente, ha aceptado el carnet que le ofrecíamos, escribiendo su nombre: Al. J. Engel.

*Pacheco,23-XI-1915                                                                     
                                                                                                                       Luís .

(*En aquellos días Los Alcázares pertenecía al ayuntamiento de Torre Pacheco; y lógicamente el autor natal  dató el acontecimiento en su termino municipal.)